08
Sep
Meraki, desde el corazón de Manuel Rodríguez
Texto: Manuel Andrés Zarapico | Fotos: Meraki
El chef Manuel Rodríguez no dudó en volver a sus raíces cuando decidió emprender su proyecto personal, Meraki, un restaurante situado en Requena que, desde su apertura el pasado diciembre, está revolucionando la gastronomía local con una propuesta de cocina de fusión que destaca por su creatividad y autenticidad.
El corazón de Manuel Rodríguez palpita al ritmo de su gran pasión: la cocina. «Mi pasión por la cocina comenzó en casa, viendo a mi madre cocinar con amor y disfrutando junto a mi familia de esos momentos alrededor de la mesa», nos cuenta. Fue en esa época, incluso observando programas culinarios como el de Karlos Arguiñano, cuando nació dentro de él la chispa que le hizo decantarse por la gastronomía como una opción profesional y vital.
Manuel ha tenido una extensa carrera, con etapas en lugares tan diversos como Menorca o Girona, aprendiendo la perfección gastronómica en el restaurante El Poblet de mano de Luis Valls, y fuera de nuestras fronteras, en Suiza, junto al chef Marius Frehner.
Un nombre destacado de su trayectoria es El Aprendiz de Benimaclet, restaurante donde permaneció seis años. «Allí aprendí a trabajar en equipo y entendí cómo gestionar no sólo la cocina, sino también el restaurante en su conjunto», explica, mientras recuerda con especial cariño su papel como chef ejecutivo, donde pudo innovar, experimentar y entender la complejidad de un restaurante desde cero.
Y entonces, tras un proceso de maduración, llegó Meraki. El nombre del restaurante es una palabra que proviene del griego para definir la acción hecha con corazón, alma, creatividad y amor, poniendo una parte de ti mismo en ello, algo que refleja perfectamente la filosofía de Manuel.
La apuesta del chef se basa en un concepto que une la frescura y riqueza de la cocina peruana, con sus intensos sabores y su versatilidad, con delicados toques orientales, sin perder nunca de vista la tradición local. «La cocina peruana es una piedra angular en mi propuesta, porque me identifico mucho con sus sabores intensos, frescos y aromáticos. Pero también quiero mantener viva la esencia tradicional con reinterpretaciones que sorprendan y que permitan redescubrir los platos de siempre con nuevos ojos», explica el chef.
La carta confeccionada refleja esta filosofía. Entre sus platos encontramos el ceviche, elaborado con pescado fresco y cítricos; las ostras servidas con una sabrosa salsa ponzu; la causa limeña de atún, que combina a la perfección sabores intensos y texturas delicadas, y el innovador steak tartar de potro, una creación que surgió de manera casual y que ha conquistado a los comensales.
Además, Manuel presta especial atención a los sabores locales, pero siempre con un giro contemporáneo. La terrina de careta, por ejemplo, transforma un producto tradicional en un plato elegante y sorprendente. También la croqueta de cocido, piparra y mayo de ajo asado. O el gazpacho manchego, que se transfigura y reinterpreta como gyozas. La fusión de la tradición y lo moderno como línea a seguir.
Meraki destaca por su gastronomía, y dentro de ella por su transparente propuesta culinaria. Manuel cocina en una barra abierta ante la vista de sus comensales, creando una experiencia cercana. “No tengo nada que esconder. Creo que es fundamental que la gente vea cómo trabajamos y el amor que ponemos en cada plato. Es una forma de demostrar respeto hacia el cliente, mostrando que lo que se lleva a la mesa se hace con absoluta pulcritud y cuidado”, afirma.
En cuanto a la selección de vinos, el chef apuesta decididamente por productores locales, ofreciendo una carta íntegramente valenciana, especialmente centrada en la comarca de Utiel-Requena. «Quiero apoyar a mi tierra y mostrar la calidad de nuestros vinos, aunque en el futuro planeo incluir pequeñas pinceladas de vinos internacionales, siempre que aporten algo especial y diferente. Esto permitirá ofrecer experiencias nuevas y evitar que tanto el cliente como yo mismo nos aburramos», concluye.
En apenas medio año desde su apertura, la apuesta se consolida como referente gastronómico en Requena. Este proyecto, nacido del corazón y la creatividad de Manuel Rodríguez, es un reflejo fiel de su filosofía de vida y cocina: corazón, alma, creatividad y amor, o lo que es lo mismo: Meraki .
Así, Meraki continúa evolucionando, ofreciendo novedades y manteniendo aquellos platos que se han convertido en favoritos absolutos, una prueba clara de su exitosa fórmula que combina tradición, innovación y sobre todo, corazón.
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