En San Antonio (Requena), una bodega familiar transforma la esencia del Mediterráneo en vinos de altitud. Cada botella captura la riqueza de la tierra y la dedicación artesanal de quienes cultivan las viñas con pasión. Chozas Carrascal es mucho más que vino: es una filosofía que honra el entorno y la tradición.

Chozas es el apodo familiar y El Carrascal es el nombre del paraje. De ambos nace el sello que distingue unos vinos con personalidad propia. Con un lenguaje único. La familia responsable de la bodega ha tejido la unión entre las raíces familiares en la comarca y el paraje donde está cultivada la vid, dando como resultado un sello genuino. En 1990, la familia recuperó la casa solariega del siglo XIX situada en el corazón de la finca, donde se realizan catas y eventos. Y es que además de los caldos surgidos de la inquietud creativa de Chozas Carrascal, el paraje guarda tras de sí una oferta enoturística de primer nivel.

En primer lugar, hay que hablar del entorno, donde los viñedos comparten espacio con almendros y olivos. En ese emplazamiento evocador, se inicia un viaje hacia los orígenes del vino y de su tradición consolidada, viviendo una experiencia repleta de magia.

Un paseo entre sus viñedos ecológicos deja a la vista un espectáculo natural protagonizado por sus once variedades de uva, cada una con sus peculiaridades que las hacen especiales.

Y es que los vinos de Chozas Carrascal comparten un alma mediterránea, enriquecida por dos factores clave que moldean y perfeccionan cada cosecha: la notable altitud de sus viñedos, que se extienden entre 750 y 840 metros, una de las más elevadas de la región, y la proximidad a la sierra Moreno, cuyo entorno natural deja su huella.

Además, la biodiversidad que rodea el viñedo juega un papel fundamental. La flora y fauna local favorecen el equilibrio ecológico. De este modo, trabajan en armonía con su entorno, algo que se refleja en la singularidad de cada vino.

Hablamos de vinos de parcela como Mudare y Materia; vinos D.O. Pago Chozas Carrascal como Las Tres, Las Ocho y las Cuatro; vinos de finca, como Anma tinto y blanco; vinos D.O.P. Utiel-Requena como Las Dosces tinto, rose marine y blanco; DO Cava, caso de Unique, Roxane y Eterno; y el Aoc Saint Jean de Minervois, el vino dulce natural Domaine de Montahuc. Y eso solamente para empezar a adentrarnos en el mundo de Chozas Carrascal.

UN VIAJE AL ORIGEN

La acogida en el museo es el comienzo de la experiencia. Allí, se explican retazos de la historia de la bodega, formas y modos de trabajo, conectando con cada uno de los visitantes, considerando que, ante todo, esas personas forman parte del proyecto.

Hay que hacer mención del Museo de Etiquetas, en el que, gracias a Aurelio Vicente Abad, amigo de la bodega, se cuenta con una colección de 350.000 etiquetas físicas y 1.500.000 etiquetas digitales, representando así a más de 28.000 bodegas.

Una pequeña parada en esta sala artística con enormes vistas al viñedo nos permite admirar los colores de cada una de las estaciones del año. Dejando atrás este paréntesis, nos proponen un paseo rodeado de esculturas artísticas, espacios diáfanos y cálidos al tiempo, salas de fermentación, de crianza en barrica, de botellas en reposo, hasta llegar al espacio donde el visitante conocerá el origen, los primeros vinos elaborados con uvas del paraje El Carrascal, y la bodega antigua, construida en 1870 y que se ha respetado y mantenido como parte fundamental de la historia de la familia y del proyecto.

Cada piedra de la antigua bodega conoce de cerca esa transformación, incluyendo la actual, donde la familia ha ido afianzando paso a paso cada uno de los proyectos más ambiciosos, aunando tradición, innovación y arte sin perder el protagonista, la tierra.

CATAS DE VINO Y ACEITE

En la antigua bodega es donde se comparten momentos de charla con sus vinos y su aceite de oliva virgen extra. El visitante catará cuatro vinos y el aceite de oliva virgen extra Mirall de la Terra, todo maridado con productos de la zona, ya que para la bodega es fundamental apoyar la economía de la zona, acercando al turista los productos de la tierra y cultura que visita.

El AOVE Mirall de la Terra es el resultado de la prensa de las olivas obtenidas de olivos centenarios situados a 850 msnm. Se trata de la primera prensada en frío de la variedad cornicabra, recogida en verde a finales de octubre, tras la vendimia de la última bobal.

PARA RESERVAR

De enero a diciembre, todos los días del año, se realizan visitas a la bodega, ubicada en San Antonio (Requena), por la mañana y por la tarde, ofreciendo una completa oferta, tanto para visitantes de habla española como valencianos, francófonos y de habla inglesa.

Los días y horarios de las visitas enoturísticas comprenden de lunes a sábado a las 11:00 h y a las 16:00 h. Los domingos y festivos, a las 11:00 h. Su precio es desde 20 € por persona, a consultar según las diferentes experiencias que ofrecen.

Para la visita hay que hacer reserva previa, bien desde el formulario que se puede encontrar en su web (www.chozascarrascal.com/visita-nuestra-bodega), por correo electrónico a enoturismo@chozascarrascal.es, o llamando al teléfono 963 41 03 95.