Casa lo Alto por Víctor Marqués

Casa lo Alto por Víctor Marqués

“Quiero que la gente salga de aquí pensando que ha probado un trozo de tierra”

 

Texto y fotos: J.Fontán

 

Han pasado seis años desde que el Grupo Schenk adquiriera la finca Casa Lo Alto, un paraje único datado en 1796, y enclavado en una colina entre bosques de pinos y carrascas en el término de Venta del Moro.

 

Desde 2017 se han sucedido los estudios del suelo para entender la finca como un todo, para plasmar las sensaciones del monte y sus paisajes en los vinos que salen de este pago bajo la dirección técnica de Víctor Marqués.

Con más de treinta años dedicados al vino, Marqués comenzaría su trayectoria profesional en diversas cooperativas de su ámbito como Covibex o Godelleta para posteriormente ser llamado por bodegas de la talla de Vicente Gandía o el Celler de Roure. En 2011 sería la internacional Murviedro quien lo ficharía como mano derecha de Pablo Ossorio, para dos años después, con la marcha de Osorio después de 17 años al frente, asumir la dirección técnica.

Víctor Marqués junto a Marc Grin, CEO de Murviedro, serían los encargados de informar al Grupo Schenk sobre las peculiaridades de Casa Lo Alto para afrontar la compra, siendo el enólogo valenciano el responsable de este pequeño paraíso en lo alto de una colina, su máximo responsable hasta la fecha. Con él hemos querido pasear por este idílico paraje para conocer más de esta atractiva propuesta que con su séptima vendimia nos propone una nueva apuesta con tres Vinos de Parcela y tres Vinos de Paraje elaborados con variedades ancestrales de vid.

 

¿Qué es Casa Lo Alto?

Casa Lo Alto es en sí mismo un pueblo, una pedanía de Venta del Moro que empieza y acaba en la propia finca. En este caserío vivía Cristóbal, el anterior casero, con su mujer y sus hijos, siendo los cuatro habitantes censados.

A las puertas del parque natural de las Hoces del Cabriel la finca ocupa 150 hectáreas de las que 60 son de viñedo, 30 de almendros y otras 60 de monte mediterráneo, pinos y carrascas.

 

¿Qué tiene de especial este paraje?

Tiene unos condicionantes históricos, grafológicos y varietales.

Histórico porque nos ha llegado a nosotros un tesoro, y nuestra intención es dejarlo mejor. Casa Lo Alto estaba antes que nosotros y estará después de nosotros, y eso trasciende todo. Mi visión o misión laboral es dejarlo, mejor de lo que lo encontré. Grafológicas por estar en esta colina, con una roca madre calcárea que se descompone dándonos un suelo marrón claro, mezcla de la arcilla y su componente calcáreo que lo hace diferente.

Carácter de su varietal. Variedades de ciclo medio, como la garnacha blanca y tinta. De ciclo largo como la bobal en una conjunción que la hace especial.

La inclinación de la parcela, la biodiversidad que nos protege y que hace de esto un microclima. Ese viento solano, fresco, mientras nos protegen los montes de aires húmedos, un microclima especial que queremos meter en una botella de vino.

 

Séptima vendimia y un trabajo minucioso en la viña y el entorno

Apostamos por un proyecto de varietales autóctonas. Aquí se arrancó parte de los bobales y se plantaron viñedos más internacionales de Cabernet Sauvignon, Chardonnay y Syrah para ofrecer una imagen más comercial. Ahora queremos recuperar en su plenitud la garnacha, bobal y tardana en su espacio propio, formando parte de una biodiversidad de la viña rodeada de almendros y boque. Hemos recuperado los almendros y ahora estamos pendientes de recuperar el equilibrio del monte para que no crezca salvaje.

No podemos tocar un pino si un estudio previo, lo hemos presentado para adecuarlo, sanearlo, al igual que hemos instalado casitas para los murciélagos. Queremos establecer una colonia de murciélagos, ellos serán los encargados de comerse la polilla del racimo, como con la confusión sexual, es una apuesta por el trabajo en ecológico al 100%

 

Vinos producidos de parcelas concretas

Casa Lo Alto es un proyecto a largo plazo. Con un estudio minucioso del suelo con las técnicas actuales junto a la experiencia de más de 40 años de Cristóbal. De 60 hectáreas sólo obtenemos actualmente 100.000 kilos de uva, una baja producción a voluntad para ofrecer la máxima expresión de la complejidad natural. Vinos de finca, más frescos y vinos de parcela, más profundos, contundentes por su mayor mineralización. Diferencias que encontramos en la propia colina con apenas unos metros de distancia.

Viñedos y parajes muy estudiados. Plantación en vaso y no en espaldera, pensando también en posibles problemas con la escasez del agua.

 

Quien se lleva un vino tiene un trozo de tierra

La viña es un transmisor de lo que hay abajo, un suelo vivo con unas condiciones climáticas fuera, y al final es una expresión de todo, del suelo, la variedad y la persona que lo trabaja.

En el caso del ‘X’ de cinco hectáreas cogemos 3.000 kilos de uva cuando podríamos coger 30.000, de una viña pobre que ha sufrido mucho obtenemos una uva de extrema calidad y un vino excepcional.

Quiero que la gente salga de aquí pensando que ha probado un trozo de tierra.

 

VINOS DE PARAJE DE LOALTO

 

LoAlto Tardana 2022

Elaborado con esta variedad blanca autóctona de hollejo grueso y ciclo largo, muy bien aclimatada al ecosistema del interior de la provincia de Valencia a más de 700 metros sobre el nivel del mar. Vino de inicio floral unido a fruta blanca, pétalos de rosa marchitos y notas de hierba fresca. Fruta que surge con un punto de madurez, una ligera nota anisada e hinojo con un aroma complejo, donde aparecen notas de ralladura de piel de cítricos y membrillo verde.

 

LoAlto Garnacha 2022

Elaborado con Garnacha negra cultivada en terreno arcilloso calcáreo, poco profundo y pobre en materia orgánica. Acabada la fermentación se transfiere a un tanque de cemento durante diez meses. Sin acero, sin extracción, sin roble. Es el vino en su forma más básica, Casa lo Alto en estado puro. Aromas de frutas rojas, granada e hibisco, hinojo y mora que se subrayan con los acentos sabrosos de la garriga. Taninos de grano fino dan forma al paladar, equilibrado, a la vez jugoso y apetitoso.

 

LoAlto Bobal 2022

Vendimia manual para en bodega encubar diferentes porcentajes de racimos enteros macerados en uvas ligeramente estrujadas. Acabada la fermentación se transfiere a un tanque de cemento durante diez meses. De color rojo oscuro con reflejos violáceos, desprende un aroma intenso a frutas rojas como fresa y cereza, junto a recuerdos de frutillos negros, como los arándanos, que se acentúan con los acentos balsámicos. Taninos de grano fino dan forma al paladar, equilibrado, jugoso y apetitoso.

 

VINOS DE PARCELA DE LOALTO

 

LoAlto A Los Álamos 2022

Garnacha blanca que refleja sin ambages la personalidad del mediterráneo y sus gentes. Aromas del terruño de la comarca, con recuerdos a corteza de cítricos, balsámicas hierbas de montaña, con perfumes de salvia y flores blancas de almendro. Sabores brillantes y jugosos, con una vena abrasadora de frescura que empuja hasta un final largo y cremoso.

Garnacha blanca muy fresca criada en barrica, muy elegante siendo una viña joven plantada para este proyecto y de la que apenas se elaboran 2.500 botellas.

 

LoAlto G El Guindal 2022

Tinto de Garnacha negra de expresión fina, compleja y fluida. Las profundidades oscuras de la copa se tornan en ligereza de aroma y sabor. Diferentes sensaciones de bayas silvestres, frutas negras y monte bajo conforman un ramillete de fruta y especias en el paladar. Las notas de romero, tomillo, pino y aceituna negra se superponen a la de fruta crujiente. Este vino emana seriedad y la distinción del entorno.

 

LoAlto X Excepcional 2022

Vides de Bobal de más de 80 años ofrecen las uvas con las que se elabora el vino estrella de LoAlto. Proveniente de las añadas más favorables, apenas saldrán 1.000 botellas en formato Magnum (1,5 l.) Su primera añada todavía está en proceso de envejecimiento y habrá que esperar hasta octubre de 2024 para poder disfrutarlo.

 



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